Ya en los años 80 se veía que con el avance de la tecnología la cantidad de nuevos productos iban a crear problemas y se ideó la idea de crear revisiones de los mismos para aprovechar las publicidad y las ventas anteriores en beneficio del nuevo producto. El primer caso que recuerdo es en la película de 'Regreso al futuro II', en una escena que aparecia la promoción de 'Tiburón 33' o que decir tiene de los microprocesadores de Intel que decidieron quedarse en la edición 5 (pentium) para reinicializar la cuenta. O Windows que ha decidido volver locos a todos poniendo nombres en vez de números (¡si por lo menos estuvieran en orden alfabético!)
- Poner las hojas en Matriz de 2 filas por 5 hojas (3 por 6, etc.) para que fácilmente se pueda ampliar el número de hojas sin quebraderos.
- Poner el mango flexible, de esta forma la maquinilla se adapta sin problemas a las rugosidades de la cara (barbilla-boca-nariz).
- Introducción de tecnología; pequeños servos acoplados en las hojas que las elevan o bajan según el tipo de piel. Se podría crear una maquinilla universal para piernas, sobacos, cara y cabeza. E incluso con más de 16 hojas sería la maquinilla familiar (papa, mama, hijo e hija). Otros modelos de familia política.
- También se les podría acoplar al mango el despertador o el calendario con aviso. Si no te afeitas de lunes a viernes o tienes una cita importante suena un molesto pitido hasta que lo haces.
- Y la última novedad con WIFI. Esto no se muy bien la aplicación final pero algo tienen que pensar los del I+D y ventas.
Se admiten más sugerencias.
2 comentarios:
¿El WIFI?
¡Fundamental! Puedes sincronizar las fechas de afeitado con tu agenda electrónica.
Además, permitiría actualizaciones del soft controlador de algo-electrónico-que-acabarán-llevando.
Luis
La verdad es que estos de las maquinillas no se matan precisamente sacando nuevos productos. Me imagino el brain storming de Gillete: ingenieros, marketing, ventas, etc, encerrados en un cuarto. Caballeros, los de Wilkinson nos lo están poniendo difícil, y no vamos a salir de este cuarto hasta que demos con un nuevo producto. Alguien levanta tímidamente la mano. ¿Y si le ponemos otra cuchilla? Y todos: Estupenda idea, no lo había pensado, fantástico, ¿nos vamos a comer?...
Aparte, imagino que cuando lleguen a las cien hojas habrá que dejar la maquinilla fija y mover la cabeza.
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